Es sencillo:
- Hay cosas que pueden ser.
- Hay cosas que pueden ser.
- Hay cosas que no pueden ser.
- Hay cosas que podrían ser pero nos empeñamos en que no
pueden ser.
A nosotros se nos ve venir de lejos. A cientos de kilómetros de distancia. Tal vez por eso siempre hemos tenido claro cómo somos. Yo más exagerada que el columpio
de Heidi. Tú un trozo de pan escondido detrás de una chaqueta de cuero y unas gafas de aviador. Y a cada cual más
cabezota, por supuesto.
Siempre lo he tenido claro. Es por eso que aún no sé por qué llegué a dudarlo, ¿cómo no íbamos a elegir la tercera opción? Con lo bien que se nos da convencemos de la imposibilidad de nuestros sueños mientras deseamos con todas nuestras fuerzas que se cumplan.
Como siempre. Cómo no.
Siempre lo he tenido claro. Es por eso que aún no sé por qué llegué a dudarlo, ¿cómo no íbamos a elegir la tercera opción? Con lo bien que se nos da convencemos de la imposibilidad de nuestros sueños mientras deseamos con todas nuestras fuerzas que se cumplan.
Como siempre. Cómo no.
No quisimos ver otra solución que dejar que el tiempo y el silencio quemara
la posibilidad de estar juntos. Y ahora nuestros sentimientos no son más que cenizas amontonadas
en un frío cenicero, que tienen prohibido y asumido que no deben resurgir. Cenizas
que si les permitiéramos soñar, soñarían despiertas con aquel beso, aquellas palabras
y aquel billete de tren que acabaron consumiéndose con ellas.
Aún no me ha quedado claro qué esperamos sacar de todo esto.
Aún no me ha quedado claro qué espero que pase.
Aún no me ha quedado claro qué esperas que haga.
Y mientras no nos queda claro el mundo nos apremia para que avancemos. Porque la vida es corta, es lo que hay, y si quieres gastarla quemando grandes amores allá tú, pero el mundo sigue girando y como no te muevas te aplasta.
Aún no me ha quedado claro qué espero que pase.
Aún no me ha quedado claro qué esperas que haga.
Y mientras no nos queda claro el mundo nos apremia para que avancemos. Porque la vida es corta, es lo que hay, y si quieres gastarla quemando grandes amores allá tú, pero el mundo sigue girando y como no te muevas te aplasta.
Yo intento no volverme loca con tantas vueltas que da la vida. Pero a menudo me doy cuenta de que no basta con eso, que a veces
me cuesta respirar. Puede que tenga que ver con que dentro de mí haya cenizas
de un fuego que no quiere apagarse. Cenizas que son testigos silenciosos de lo
cobardes que fuimos.
Y hoy he decidido pedirle perdón a todas mis cenizas, porque no puedo quedarme enterrada bajo ellas. Me toca hacer de Ave Fénix y resurgir, y salir, a matar o morir.
Y hoy he decidido pedirle perdón a todas mis cenizas, porque no puedo quedarme enterrada bajo ellas. Me toca hacer de Ave Fénix y resurgir, y salir, a matar o morir.
Que todo pasa por algo, y que yo he dejado de fumar.