- ¿Qué me dices del miedo? ¿Lo conoces? Y no me refiero al miedo del que está infectado el mundo. Hablo de uno diferente. De un miedo especial. Hablo del miedo valiente, no del cobarde. Me refiero al tipo de miedo que hace que aunque quieras mucho algo seas capaz de dejarlo ir. De ese miedo te hablo. ¿Lo conoces?
- He oído hablar de él…
- Yo creo que…lo conozco-. Se tragó el dolor y prosiguió:- Sí, claro que lo conozco. Y es por eso que vengo a ti. Necesito desesperadamente una cura, o quizá sea mi egoismo quien la necesita. Porque sin duda es una esperanza egoista la que me pide que ese miedo se rinda al corazón, que se tire al abismo para que yo pueda morir en él.
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