¿Sabes? Se paró el reloj cuando te fuiste. Pero yo hice girar sus manecillas a base de golpes. Así que ahora no intentes hacer como que no ha pasado nada: hace tiempo que dejaste de estar a tiempo.
Quizá esta historia sigue pensando que tú eres su príncipe, pero yo ya no. Yo vi como abandonaste tu reino conmigo dentro. Y ahora vienes a preguntar que qué hago bailando con el lobo. ¿No te has enterado? El cuento ha cambiado. Tú elegiste marcharte y yo volver. Y colorín colorado, esto sólo ha empezado.
Supongo que ya te habrás enterado de que encontré el zapato y me fui de fiesta. Descubrí que ni Peter Pan es tan bueno ni el Capitán Garfio tan malo, y que la bruja sólo necesitaba que alguien creyera que podía ser buena. También te habrán dicho que sigo pidiéndole deseos a la misma estrella, pero ya no le pido que vengas a salvarme. Y tampoco lloro cuando hace frío, pues ya no me parece tan malo.
Pepito Grillo me avisó de lo que ocurriría si confiaba en ti, pero no quise escucharlo. Y ahora El Genio no me coge el teléfono y mi Hada Madrina se ha ido de vacaciones. Así que no me cuentes cuentos, que ya me los sé todos. A Pinocho le crece menos la nariz que a ti.
Te alegrará saber que cuando te fuiste me perdí. Pero no creo que te haga tanta gracia enterarte de que me encontré con Timón y Pumba, y no me gusta su dieta de insectos, pero sí aquello de “Hakuna Matata, vive y sé feliz”. Te guste o no, he vuelto a creer en las buenas historias.
No me busques por Nunca Jamás, llevo tiempo sin ir por allí. Estoy retrasando el momento en que me encuentre con Pepito Grillo y me diga "te lo dije". Y, hazme el favor, no te pongas ahora la capa de superhéroe. Un héroe de verdad no se va cuando lo necesitan y reaparece cuando tiene miedo a perder. Tampoco te asustes con esto y saques la bandera de tu orgullo, que se te va a desgastar. Si por una vez consigues reunir la humildad para afrontar la situación sabrás, como ya sabías, que yo siempre he deseado lo mejor para ti. Así que a veces le pido a la estrella que venzas tu soberbia y consigas ser feliz. Que encuentres a alguien que te cuide del frío. Y que vuelvas a creer en los finales por los que vale la pena quedarse a terminar la película.
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