lunes, 17 de octubre de 2011
Tiempo.
Solemos confiar en él, agarrados a esperanzas y mojados por las lágrimas. A veces es el único que nos saca del pozo. Otras, en cambio, es el que nos arrastra en él. Es nuestro enemigo a veces y le odiamos a rabias, pero es también nuestro único aliado muchas otras. Así que tendemos a confiar en él, quizá obligados por el miedo, pero lo cierto es que nunca podemos controlarlo ni marcar pautas, es él quien las dicta y nosotros quien obedecemos y caminamos por los senderos que nos marca. Somos nosotros quien decidimos si depositar o no nuestros sueños y anhelos en quien no tiene nada que perder.
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