domingo, 12 de febrero de 2012

Sin tregua.

Sí, sí…si yo le olvido, cada día. Me destrozo, y luego me reinvento. Y cuando ya casi ha terminado vuelve a empezar. Cuando creo que no le puedo odiar más la verdad me estalla en la cara. El rencor se desvanecen y aquella canción tan triste vuelve a sonar y a doler, tanto como aquel día. Pero solo la escucho yo.

Y es que pienso que la única forma de no dar vueltas en aquel círculo es alejarme de los recuerdos.
Olvidarme de lo que siento y seguir, seguir, seguir…Tiempo, tiempo, tiempo.

Pero una noche vago por las calles mientras espero el metro que un día nos vio empezar y el tiempo deja de existir, y mis intentos se quedan en nada . Se acaba la tregua. Y todo vuelve. De nuevo. Sin que pueda hacer nada. Él vuelve. Casi lo puedo ver. Su sonrisa. Su camisa de cuadros. Sus ojos de caramelo. Su buen corazón, que nunca fue mío. Y me doy cuenta de nuevo de que intentando olvidar se me olvida cuánto le quise, y cuánto le quiero. Y me sorprende tanto como me duele, otra vez. Otra vez aquella canción. Otra vez él.

1 comentario:

  1. Precioso... Querida, nunca le vas a olvidar. ¿Sabes? solo podrás hacerlo cuando otro amor no te deslumbre tal y como lo hizo éste, sino que te ciegue completamente. Solo entonces, olvidarás su nombre.
    Cuanto inspira el dolor, ¿verdad?

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