jueves, 10 de noviembre de 2011

El ejemplo...

Qué importante es el ejemplo. No solemos ser conscientes de ello hasta que un día te das cuenta de que tú realmente has sido y eres también un ejemplo, aunque sepas de sobra lo poco ética que ha sido a veces tu vida y tus acciones.

Entonces recuerdas que tú siempre te has estado fijando en todo el mundo al que admiras, al que envidias, al que detestas. Que todos te han hecho plantearte cosas, imitar acciones, querer ser…
Y te has equivocado, precisamente tú, que tan buena voluntad tenías hace tanto…cayendo en el error de creer que lo que la mayoría de la gente hace es lo que está bien. Y no lo es en la mayoría de los casos, y por tanto no te hace ser una gran persona.

Lo peor de todo es que los que van detrás de ti, los que están a tu alrededor e incluso los que ni siquiera sospechas han estado atentos, aunque tú no quisieras ni te dieras cuenta, a cuanto decías y hacías. Es entonces cuando te replanteas si quieres ser así, si quieres que te vean así y si quieres que sean así ellos a quien tanto quieres. La respuesta, tristemente, es que no. Ser coherente con tus ideas es muy difícil. Sin embargo, cuando sientes la mirada de los que más quieres en ti se convierte en necesario para conseguir ser luz en sus vidas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario